viernes, 19 de agosto de 2011

Aromas ilicitanos



Aromas ilicitanos. Es lo que llevo tarareando desde hace una semana. Y lo que es peor, ¡incluso cuando no voy piripi (palabra que me encanta)! Me siento como mi vecino/pariente que siempre la canta a viva voz y me destroza las siestas.

Porque… ¿hay algo más bonito que una siesta de verano entre moscas y chicharras a 38 grados sudando camas, sofás, hamacas o demás mobiliario donde reposar el relajado cuerpo de uno? ¡Sí! Lo hay y se llama piscina sobada. Bajar sin temeridad ninguna esos húmedos e inseguros escalones de gresite para entrar en contacto con el líquido elemento que hará que te despiertes abras el segundo ojo, o incluso el tercero, y te vuelvas creyente al grito de “¡LAAAA VIRGEN!”

Así es como se recupera el cuerpo después de interminables y calurosas noches entre palmeras tomando bebidas nada tradicionales y por supuesto muy poco beneficiosas. Pero son fiestas. Les Festes d’Elx y tenemos que seguir las costumbres. Puede que algunos sigan el Misteri, salgan vestidos de Moros o hagan los tradicionales paseos de horchata y helado; pero la juventud (esa que no puede hacer nada bien, que vive de rentas y que se enfrenta sacrílegamente a la autoridad) tiene su propia tradición ilicitana: “El botellón entre palmeras”.

Un momento de convivencia, relajación y amistad exaltada que promueve el contacto más allá de lo meramente visual. Después de fríos meses de saludos poco generosos, este momento del año hace renovar las amistades que creías perdidas en el olvido. Por supuesto también están aquellas amistades que no habías podido conocer por vicisitudes del destino.

He aquí un suceso digno de lo paranormal acaecido en las comentadas verbenas libres. Será la pólvora de la Nit de l’Albà, la excitación por las chispas, la falta de sueño o el exceso de compuestos etílicos en sangra, no lo sé, pero ocurre una especie de agujero de gusano entre universos que provoca que los esfuerzos de uno sean compensados por el ser más cercano. Vamos a llamar al sujeto activo “Y”, mientras que al pasivo “X”. Mientras Y promueve la conversación, adula la belleza e incluso invita al movimiento perpetuo, el sujeto X mira desde la barrera sabiendo de su predestinada victoria. Se aprovecha de la distracción y la revuelta para cautivar con su presencia. Pero no podemos decir que ello haya sido dado a un gran remate a gol, simplemente los acontecimientos le han llevado hasta la portería contraria y un balón le ha golpeado en el pecho.

Por supuesto la celebración es justa y merecida, pues él ha conseguido el tanto. Sin embargo, el asistente solo puede mirar hacia arriba y ver las palmeras y los restos de fuegos artificiales. ¿Cambiará Y su forma de jugar? ¡Nunca! Ni tampoco se enfadará ni bajará la cabeza porque, y más en les Festes d’Elx, ya sea en l’Albà o en la Roà, si gana uno gana el equipo.

Ahora cantaría otra vez Aromas Ilicitanos, pero me siento con ganas de algo nuevo.



Bourbon

1 comentario:

Sr. X dijo...

QUE BUENO CABRÓN, TE HAS LUCIDO CON ESTE POST. QUE GRANDE, SI GANA UNO GANA EL EQUIPO, A VER LO GANAS TU POR ESOS PARAJES BLANQUECINOS LLENOS DE SEMIDIOSAS RUBIAS DISPUESTAS A HACER TU ESTANCIA MÁS AGRADABLE HASTA TU REGRESO A LA TIERRA