jueves, 29 de noviembre de 2012



Hoy hablaremos de archimentada aunque infraestudiada criatura Kevlar, que vino dada a nosotros a partir del Club del Esparto Caro del blog dosmortirolos [1]. Parece ser que esta extraña criatura pasó su adolescencia entre una nube de experiencias psicotrópicas alejadas de nuestro plano de consciencia material [2], para experimentar viajes (cat)astrales y visitar otras realidades.



Esta criatura ve su comportamiento influido por unas partículas muy poco conocidas. Los kevlones. Estos corpúsculos, tienen cualidades conocidas. Por una parte, parece razonable suponer las siguientes hipótesis en vista de las acciones que desencadena en nuestro sujeto de estudio.

1. Los kevlones son partículas. Efecto comprobable, desviación de su trayectoria [3]. Supóngase un plano 2D en dimensiones cartesianas. Situamos nuestro receptor Kevlárico en el origen de coordenadas (0,0). Si de un foco emisor ("mujer de gran masa corporal"), situado a una distancia d en el eje X (d,0), se emite una partícula a una velocidad v, y desde otro foco situado en (d/2, d/2) emitimos otro kevlon a velocidad v, podremos notar cómo hay un choque elástico.  

2. Los kevlones tienen masa. Esto es así porque, desde un foco emisor (en este caso, una mujer de gran masa corporal), dichas partículas solo son detectadas por nuestro objeto, en adelante "Kevlar", en un radio de acción determinado. Es decir, a una distancia infinita del foco, Kevlar no siente la influencia de los Kevlones.

Esto permite hacer una primera aproximación al potencial de atracción kevlariana (en adelante "Kevlarisches Potenzial"), a través de las fórmulas que rigen tanto el electromagnetismo como la gravedad, esto es:

F (es proporcional a) K1/r^2· Donde K1 es la densidad, en Tn/cm^3, y r la distancia Kevlar-Fuente. Faltaría el ajuste experimental de la Constante Kevlariana.

3. Se cumple también la dualidad onda-partícula en la fuerza Kevlariana. Se da el experimento, en condiciones controladas, de dos Fuentes de Emisión Kevlariana (en adelante FEK), de igual magnitud.
Si ambas fuentes emiten Kevlones a la misma frecuencia, lo cual aún no ha sido completamente comprobado [4], se encuentran zonas en las que las ondas se suman, y otras en las que se anulan. Suelen llamarse, en román paladino, zona de baile y barra, respectivamente [5].

Por otra parte, un efecto muy interesante, y de gran potencial, es la vibración de la criatura Kevlar [5], [6]. Parece ser que, en su primera época, entró en un estado de vibración imperceptible para nuestros aparatos de medida. El problema fue que, del mismo modo que para los metales ferromagnéticos, los Kevlones tienen un comportamiento de "kevlarismo remanente".

Es decir, de ciclo de histéresis, es decir, de memoria. Del mismo modo que cuando acercamos una aguja a un imán, y luego la separamos, la aguja está un tiempo imantada, Kevlar sigue vibrando en otros planos diferentes al nuestro.

El momento crítico en el que este efecto se hace más patente, es cuando la r tiende a 0. En ese momento, F alcanza un gran valor, produciendo que la frecuencia baje tanto [5], [6], que su vibración es audible incluso para el oído humano (aproximadamente suena como uaaaaurrr uaaaauurrr). Esto ha sido comprobado en numerosas ocasiones [referencia].

Esta fuerza, unida a la nuclear fuerte, la electrodébil, y la gravitatoria, configuran nuestro universo. Así, del mismo modo que la nuclear fuerte mantiene el núcleo de los átomos unido, la fuerza kevlariana mantiene el grupo dosmortirolos unido. Que así sea.

Próximos artículos de investigación, pelos roméricos, el material de construcción del futuro, y uso del red-bull como laxante instantáneo para seres con excesivos estándares higiénicos.


[1] Monegros et al. "Introducción de sujetos dispares en un coche sin aire acondicionado". 
[2] Kevlar et al. "Mutagénesis Múltiple". 
[3] Vortex, Chinchimaster, "Sobre el comportamiento de la criatura Kevlar en ambientes nocturnos".
[4] Vortex, "Sobre las dificultades prácticas de medir densidades corporales en ambientes nocturnos".
[5] Minichinchi et al., "Actuación de Kevlar en discoteca Camelot, 2007" 
[6] Monegros et al. "Sobre la vibración Kevlar en campo de vibración musical variable".


   

Minichinchi 

P.D. del editor: Para aquellos profanos no versados en la escritura científica, este texto basa su eje en el trance y el berreo que la criatura kevlariana realiza al encontrarse en las cercanías de una fémina de hermosura de alto tonelaje en las noches festivas.