TRIBUTO AL MORTIROLO

A nuestros fieles seguidores que en ésta era Kevlariana son rechazados por el TOQUE de las mujeres, os mostraré el poder del MORTIS (abrev. De Mortirolo).

En toda Cultura, desde los pigmeos del Congo a los aborígenes de Oceanía (por citar unos ejemplos), se han encontrado restos arqueológicos de objetos utilizados en rituales que el Chamán preparaba para así dotar a los hombres de valor a la hora de ir de caza o guerrear; pero hay algo más que nunca se ha contado y yo lo haré ahora. Ese brebaje/pócima también servía para dotar de valor a los tíos a la hora de rondar a las mujeres del grupo, ya que éstas siempre rechazaban el cortejo que se les hiciera. Esta práctica sigue aún vigente en la actualidad.



Asumamos que no somos ni 007, ni Brad Pitt, ni Don Johnson en Corrupción en Miami. A ellos nunca les han hecho TOQUE las mujeres. Nosotros sólo somos simples mortales que esperamos el fin de semana como “Agua de Mayo” ilusionados creyendo que “ésta será nuestra noche”; pero ¡ay! amigos no seáis ingenuos ni ilusos. Las mujeres conocen nuestras debilidades y ellas están deseando lanzar su ataque preferido, el TOQUE, para reafirmar su autoridad. Sólo sí tomáis el MORTIS podéis bloquear e incluso vencer (si los astros se alinean) dicho ataque. La barra del pub/discoteca es el lugar dónde os servirán el Mortis. Una vez bebido el Mortis, notaréis una sensación extraña en vuestro cuerpo, como de “euforia”. No temáis es el conocido modo “a lo Pantani” y eso significa que ya estáis listos para acercaros a una mujer sin miedo a ser humillados.



Pero recordad que los mortirolos no son jarabe de niños, que tiene efectos secundarios y si os pasáis con la dosis (no se recomienda pasar de 2 mortis a no ser que seas kevlariano) para ir “al puntico”, de lo contrario vuestros esfuerzos de conquista caerán en saco roto y en el mejor de los casos acabaréis durmiendo en modo ancla o en el peor, compartiendo celda en el Cáucaso rodeados de hombres púrpura dispuestos a saciar su sed y hambre con vuestros lustrosos cuerpos.

The Chinchimaster