martes, 8 de junio de 2010

TABOO (Kay Parker, 1980)


La película empieza. Esta entrada llevo tiempo queriéndola escribir y nada mejor que exámenes para ello. Decían los Pains of Being Pure at Heart que this love is fucking right, y quizá tenían razón cuando decían aquello de in the dark room I can see you shining bright, you don’t have to tell a word, it’s alright...

El caso es que está la protagonista Barbara (Kay Parker) ahí haciéndole cosicas al (supongo) marido o similar y ella está todo el rato diciendo “hombre apaga la luz que yo así no puedo”, y él todo el rato ahí diciendo “no, no”. Total, que al final él se levanta y le dice “Mira, esto es una mierda, cada vez que nos damos amor es como si me estuvieras haciendo un favor” y cosas así.

Así las cosas, la madre y el hijo (que tendrá como unos 25 años y es el típico hijo que se supone que tiene 15). Total, que la madre llama a su amiga del alma para contarle que su hombre la había dejado y que no tenía curro y tal, y acuerdan quedar para tomarse un cafetico y cosas de esas. Se quiere dar la imagen de que la amiga es un poco golfilla, porque se ve que está durmiendo con una tía y con otro tío. Imagen se confirma cuando después empiezan a hacer otras cosillas. Después, por la tarde, pues ya las amigas quedan y la golfa le dice que busque trabajo en un tal John Nosequé.

El hijo (que está en el instituto) se le ve repasando ahí Alejandro Magno (como el Chinchimaister) con una rubica – su novia- que le da un premio por saberse toda la lección. Entonces entra una amiga bastante feeta de la novia (recurso nada habitual en películas de este tipo) y dice cuatro palabritas y se ponen los tres ahí a congratularse (recurso nada habitual en películas de este tipo). Cabe resaltar el hecho distintivo respecto a las películas de ahora de que las mujeres no llevan ni tacones altos (bueno, la feeta sí), ni han tomado el Sol excesivamente. Por último, también el culmen de la escena se lleva a cabo de un modo diferente a los actuales que no explicaré por quedar fuera de los objetivos del texto.

Después de esta escena, repentinamente la madre ya ha llamado al tal John que ahora se llama Jerry y entra a trabajar de secretaria (a la primera, estas películas reflejan la buena marcha de economía). Y, fíjate tú qué mala suerte, que ya el primer día el jefe ya le tira los trastos a saco. Ella se enfada (por supuesto), pero nada, lo arreglan porque él le dice que lo siente y tal. La cuestión es que ella lo perdona: no sólo eso, sino que él le dice que en compensación la llevará a cenar (gran táctica: presentarse como algo malo para que luego cualquier cosa parezca buena en comparación, deberemos comprobar su eficacia). Casualidades de la vida, que nuestra heroína estaba hablando con su amiga la liberal, que claro “gets turned on” con las mismas personas con las que fielmente compartía cama y pues ya se quedan ahí haciendo los ejercicios de metrología dimensional y acotación de tolerancias dimensionales. Fin de la escena.

De vuelta en casa de la familia monoparental, el hijo llega con su mujercica dispuesto a celebrar su juventud cuando de repente encuentra a su madre en la ducha (recurso nada habitual en este tipo de películas) y decide pues observarla. La madre se ve que tiene una cita importante, porque se acicala delante del espejo, y se viste con ropa de salir, liguero, calzas y un vestido provocador pero no por ello vulgar, para irse por ahí de picos pardos. El hijo pues se queda con la moral alta y le da un repaso a su novia que ni el aguerrido Alejandro Magno a un efebo de los de la época.



La cita no va del todo como una mujer de la talla de Barbara desearía: no es una cena, sino un guateque con otras veinte personas un poco sueltas que se ponen a jugar todas juntas al corro manolo (todas eh, todas). La Kay Parker, evidentemente, se queda al margen pero se arrima a ver qué es lo que está pasando y cuando ve la escena se queda atónita. El caso que como no tiene como irse de allí (porque no tiene carné de conducir, y en esa ciudad se ve que no hay taxis) se sienta en un sofá donde un joven intenta aprovecharse de sus fuentes de maná (cosa que ella no permite). La cita esta siendo un verdadero desastre para ella, que no para su acompañante masculino, que no parece tener ganas de irse de allí ya que se lo estaba pasando muy bien estudiando los espacios de Hilbert y la geometría afín. Queda por remarcar que después de lo del corro manolo pasan a jugar a las casitas.



Ya en casa, nuestra amiga está muy perturbada y tiene el síndrome Skywalker, no para de ver sables de luz, y claro, necesita desfogarse pero no puede porque no tiene con quién. ¿O sí? De camino al salón está la habitación del hijo, que duerme desnudo y sin sábanas (casualidad nada común en este tipo de películas). Kay Parker (ojo, no perdamos la perspectiva, es una película) trabaja un poquillo y ya el hijo se despierta (gran sueño hubiera sido dadas las abundantes fuentes de maná) y nada, le sigue el juego, más que nada porque es su madre y no quiere que se sienta mal.

Cuando el hijo se levanta, ella ya no está, pero le ha dejado una nota, que se va a trabajar. Una vez en el trabajo, Jerry (su jefe) en disculpas, se la lleva a dar una vueltecica y le compra alguna cosita. Mención aparte merece la música en esta escena, aún peor que en la mayoría de la película. Total, que el fail de la cita anterior se convierte en win con este tipo.

Pero claro, al final toca volver a casa, donde el hijo la está esperando con negras intenciones. No sin reticencias, la madre finalmente acepta tal proposición. Una vez termina la madre de explicarle los procesos de soldadura por electroerosión y por arco eléctrico (TIG, MIG y MAG), se siente realmente mal, y claro, pues va a contárselo a su mejor amiga (la golfa). Adivinad cómo de contenta se pone la amiga (un poco perturbada, por cierto pero bueno) cuando nuestra protagonista le cuenta la historia. Ante tal tesitura, Barbara se enfada mucho y se larga a casa del Jerry, que le dice que por qué no se queda a cenar e invita a su hijo.




Después de cenar, el hijo se va por ahí a tomar un café con pastas a la Royal y el Jerry y Barbara pues se quedan haciendo cosas de mayores, que para eso pueden.




Minichinchi

1 comentario:

Anónimo dijo...

Inconmensurable resumen de un gran Film, minichinchi te has superado

Aviso intimidatorio claro a chinchi master por e liderazgo de la dinastia chinchi

Chinchi master cuando salgas de la cueva has de calentarle la oreja a este lechon ;)

Lo dicho me congratulaaaaaaaaa


Vortex